"¿Y donde está?
¿Adonde ha ido a parar?
¿Y qué se hizo de tu sombrerito gris?"
(Sui Generis.)
Sin brújula,
sin destino,
voy sin camino.
Razón de la sirazón,
Fiel compañera.
Arma letal,
Bomba de tiempo.
Yo reducida a sobrevivir
Tras el advenimiento
de la Tragedia.
Hábil,
ella se iba imponiendo,
día tras día,
minuto a minuto,
segundo a segundo,
instalándose para ya
nunca dejarme sola.
Un cuerpo se desplaza
una lágrima (imperceptible)
se descuelga
Todo ha terminado.
Al fin el misterio se ha desvelado
Aún prefiero verdad con tragedia
a carnavales de quimeras
no me gustan las máscaras
Me confunden
Me apabuyan
Me desesperan
Me impiden ver qué sucede
(Verdaderamente sucede).
Un manojo de despojos
queda como testigo de mi pasado
todo ha sido borrado
a los azules verdes y aguamarinas
taparon con una capa de negro.
Ya no hay colores
Está oscuro
No veo
No entiendo
La salvación
está en el olvido
No hay otro camino.
Ya no queda nada
absolutamente nada
más que lágrimas
impotencia
ahogo
veto
derogación.
Ya no queda nada
absolutamente nada
tan solo rótulos
inconexos
incoherentes.
El rompecabezas
del pasado
jamás podrá
volver a ser armado,
menos aún devenido en presente.
Es lo que queda,
un túnel cuyo largo
es desconocido
un túnel oscuro
un túnel difuso
se me presenta
como único camino.
No hay opción,
o me congelo a la entrada
o comienzo el recorrido.
Decido,
cualquier cosa
es mejor que la parálisis
aún si se trata
de penetrar en un túnel
que se vuelve laberinto
donde no hay hilos de Ariadna
donde aguarda
irremediablemente
el Minotauro.
Recorrido pautado
Es única opción
O la parálisis
Lo tomo.
Comienza el descenso
sabiendo mi destino
deberé contentarme
con los vestigios
en el túnel.
Con suerte encontraré
una pizca de color,
a la cual me uniré,
aunque sea gris oscuro.
Es mejor que el negro
de la irreversible
irremediable
inminente
oscuridad.
Todo rastro de luz
se va apagando
imponiéndose
una ceguera perenne
un muro
un grueso muro
de color negro.
Anna Donner Rybak © 2011
