Prólogo:
Leonel, Luis y Rosina, el uno desde el ensayo, los otros desde poesías, me han inspirado a gritar lo que sucede.
Aquellas predicciones,
de que el mundo
un día acabaría,
no era vanas como creía.
Un escepticismo
hizo les diera la espalda.
Primero
sucedería en el dos mil,
nada sucedió,
interpreté
creación
de caldo de cultivo
para que
fabuladores
videntes
tarotistas
adivinos
siguieran robando
a los deseperados
sin pan ni leche
para acabar sus días.
Segundo,
sucedería el seis
del seis del seis,
número de Satanás,
ni un pelo se me movió
"Mas de lo mismo"
mi escepticismo vaaticinó.
Tercero,
suedería el treinta y uno
de diciembre
de dos mil doce,
¡Pastores Mentirosos!
mi escepticismo se enojó.
Cuarto,
desprevenida,
el pastor no había mentido,
Hoy,
el caos ha devenido,
pero un caos de caos,
conflicto que engloba
todos y cada uno
de los conflictos.
No habíamos hecho caso
cuando nos insistían
con ideas de ecología,
seguíamos tirando
el boleto del ómnibus
en plena calle,
-Total- no es mi casa
que otro lo recoja.
Seguimos tirando
basura en la playa
a pesar de los carteles
y recipientes existentes
para tales menesteres.
Indudablemente,
considerábamos snobistas
a todos los ecologistas.
Y seguíamos ombligados
andando por el planeta
encerrados
en posturas radicales
pintábamos
en blanco y negro
porque era más facil
que dimensionar con gris.
Resultaba tan cómodo,
hacer caso omiso,
de las señales,
que se nos venían dando,
Qué tontos,
La fecha no era
el asunto importante
Tanto dos mil
Como seis
de seis de seis,
como el último día
de dos mil doce,
¿Qué importaban
las fechas
ante la magnitud
catastrófica que se venía?
Seguíamos mirando
calentitos la ce ene ene
desde el confort del burgués
y cuando acababa el noticiero
acababa nuestro problema.
Fuimos tan egoístas,
incapaces de dar rédito
a aquellas predicciones,
subestimamos a todas,
nosotros genios escépticos.
Se nos intentaba advertir
de mil y un modo posibles
la debacle que se venía
estábamos
ciegos
sordos
mudos
no nos entraban ni las balas.
Hablar,si que hablábamos
pero en eso nos quedábamos
discutiendo desde este
rincón del tercer mundo
cuestiones que no entendíamos
El tema predilecto
era la causa palestina,
¿acaso era la única guerra?
¿Y Africa profunda?
¿Y la Jihad Islámica?
¿Y los 11s, 11m, 11j
nada nos transmitían?
Era mucho mejor
por boludo pasar
antes que pensar
y mientras todos aquí
manifiestan por
cosas tan irreverentes
en el panorama mundial,
como la soberanía palestina,
cuando las mayorías,
ni siquiera saben
donde queda,
pero hablar, hablaban,
repetían frases hechas,
y quemaban bandereas de Israel.
No se daban cuenta
que el verdadero enemigo,
los entretenía con pan y circo,
así no eran obstáculo
para su más oscuros objetivos.
Y es ahora que todo
explotó,
el mundo se sacude
por terribles convulsiones,
todo se ha entrelazado,
los desastres humanos,
los fenómenos naturales,
los peligros de manejar
bombas químicas.
Ahora sí que stá complicado
las cosas se solucionan
por partes,
pero como hemos hecho
caso omiso
de todas las advertencias,
perdimos el tren,
y ahora se nos presenta
Caos
Devastación
bajo una torre de naipes,
basta que uno se mueva,
y todo perecerá.
Es demasiado tarde
al menos que ese señor
omnipotente,
iridiscente,
exista,
me importa un rábano
haberlo negado,
la única esperanza,
ahora queda en manos
de lo Divino,
puesto que desde lo Terrenal,
nada hemos entendido.
No queda mucho por hacer
desde este lado terrenal,
tal es la confusión,
que cualquier acción,
se perdería en el desierto
cual minúsculo granito de arena.
Las masas enardecidas
resulta impenetrables,
se vuelven más radicales,
así las programaron,
Divididas,
Para conquistar,
y no tuvieron la inteligencia
de Superar esa contingencia.
Ahora es muy tarde,
Mas la esperanza
es lo último
que se pierde,
ahora sólo queda
orar a lo Divino
sea a
Mahoma,
Jahve,
Jesús,
Buda,
Lemajá.
Sólo eso queda,
sólo la fe,
los hombres
fueron necios,
no aprovecharon
los momentos,
encerrados ensimismados
haciendo caso omiso
de la inminente
debacle
se les advertía.
No fueron precavidos
sino todo lo contrario
mofáronse
de las predicciones.
Pero ahora
las predicciones,
mutaron,
son Verdad.
Anna Donner Rybak © 2011