Una historia de Buenos Aires.


I.
Tú estabas rumbo al aeropuerto
(y yo en tu celular),
yo estaba en mi cama,
evocando posesiones pasadas,
y un viaje.
(¿Quién será ella?)

El avión despegaba una mañana de sol,
Buenos Aires,
esa gran urbe te recibía a ti,
la recibía a ella,
mientras yo,
pensaba en tus ojos,
tu cara un tanto melancólica
de cuando nos despedimos ayer,
y mis ganas de tenerte,
mientras estaba
en una especie de vigilia,
luego de haberte mandado besos.

II.
Estoy en Avda. Díaz Vélez
y camino hasta Corrientes,
tomo el subte B,
en la estación Medrano,
bajo en Pasteur,
paseo por El Once,
y luego
tomo otra vez el subte B,
bajo en Florida, y camino.

Deambulo por esa ciudad,
me siento en la plaza San Martín.
(¿Y tú, donde estarás tú?)

Cruzo la Nueve de Julio,
camino hasta Callao.

Tú estarás
en la habitación del hotel,
deseando tenerme allí,
para embarcarnos
en un viaje amatorio
donde la creación
y las posesiones nos agoten,
el uno/la una a la otra/el otro,
conjugando un éxtasis infinito,
y alcanzando otra dimensión
en la que sólo estamos tú y yo,
hechos uno,
poseyéndonos mutuamente,
sellando de néctares y almíbares
nuestros cuerpos,
y luego,
tomaremos una copa de vino,
yo me recostaré en tu regazo,
y el nuevo día nos encontrará,
juntos, dormidos, y abrazados.

III.
Pero lo cierto es que
ella ocupará ese lugar esta noche,
(no yo).
Quién será ella.
Cómo será ella.

¿Nacerá el deseo entre ustedes
en una ciudad en otro país?
(Pienso en esto.)
Quién será ella.
¿Te gustará su cuerpo?
¿Te gustará su rostro?
¿Te gustará su charla?
¿Ocupará mi lugar en tus sábanas
con olor a perfume?
¿Se duchará contigo?

(Hoy me gustaría tanto
tomar su lugar…)

Anna Donner Rybak© 2011
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