Una historia de guerra y recuerdos.


I.

Giro la cabeza.
(Media circunsferencia)
Giro la cabeza.
(Media circunsferencia más).
-Azorada, constato-
Anoche mientras dormía
Levantaron un muro
Y estoy en este guetto.

Imposible
saltar;
trepar;
entre disparos
apuntando al encéfalo
entre choques
de alambres electrificados
la sangre corre,
por el muro de vidrio.

(Una vez acá
es imposible e inútil
cualquier intento
de escapatoria.
)

Sobrevivir
en este guetto.

Si quiero salvar mi vida,
debo sobrevivir
en este guetto.


En este guetto
no hay árboles,
solo burlas,
para ellos somos Nada,
y una vez fuimos Seres.

En este guetto
no hay árboles,
ni comida,
soy yo,
y un mundo imaginario,
invento, y entro,
para sobrevivir,
en este otro,
el de verdad.

Cada día; una sopresa.
Puede ser el señalado,
ellos apuntarme con el fusil
Pueden elegirme.
(En cualquier momento
pueden elegirme
).

Si tengo suerte,
hoy no me eligen.
(Hoy no me eligen)

Imagino estoy
respirando aire fresco
de campo.

Mi trascendencia,
vive al otro lado
de este puto muro.

La imaginación
tiene poderes
insospechados;
desde acá
puedo establecer
un ida y vuelta.-

¡Pero están afuera del muro,
y no nos está permitido
dialogar con los de afuera!
Si se dan cuenta,
nos fusilarán al momento!-
(¡Nunca se darán cuenta!)

No sé cuánto tiempo
Seguiremos acá,
dicen que van a quemar todo-
¡Dicen que
nos van a llevar
a un lugar donde
podremos darnos
una ducha caliente
respirar la brisa
y reunirnos
con los nuestros!-

Eso no es cierto.
No puedo permitirme
el mínimo sueño.
Ellas están afuera,
y nunca se reunirán conmigo.

Ya terminó todo.
Estuve encerrada
en una cloaca secreta
Una vez por semana
me traían comida,
Hice silencio,
Y no me encontraron.

Mis niñas están
con una pareja alemana.
Las veo del bosque,
sobre todo a la noche
cuando encienden las luces
y cenan todos juntos.

Eran pequeñas
y no recuerdan
su vida anterior.
(Al menos son felices)
Crecerán
en un hogar fascista,
eso es mejor a la sinrazón.

Las niñas no pasan hambre.
Las niñas no pasan frío.
Ahora son niñas facistas,
pero no importa:
están vivas.

¿Yo?
Soy una sombra
de lo que
en un momento fui

Soy una sombra
que las observa
desde el bosque
El nuevo padre,
tiene botas lustradas.

Las niñas le tienen respeto.
Su inocencia
(la inocencia de la niñez)
está ausente.
Las niñas se controlan.
Todas las noches
se reúnen y cenan.

La conversación transcurre
en armonía, con corrección.

Los niñas se harán mujeres,
(Mujeres fascistas)
Sería nefasto para ellas
enterarse que
su madre es una judía.

Prefiero no enterarlas.
Mejor que se queden con
recuerdos difusos
recuerdos miopes,
y llegará el día
que no recordarán
nada.


II.

Rudolf, no lo hagas
Rudolf, toma un tiempo-
Basta, mamá.
¿Y el Partido?
¿Y tu padre?
¿Su reputación?-
Mamá, no digas más.

¡Lo que puede
un par de ojos celestes!
¡Nunca la aceptaremos!

Rudolf, se quitó las botas,
dejó el fusil,
la estatuilla con el águila
y el brazalete con la esvástica-
¿Dejas tus ropas en casa?-
Mamá, no alucines.

¿Leah, estás bien?-
El mundo me da vueltas,
Rudolf, estoy descompuesta.

Rudolf, no tiene de qué preocuparse-
¿Dr Von Morsen?-
Leah está sana- Von Morsen
tenía el ceño fruncido.
Va tener un heredero
careciente de sangre aria.

Hildegarde, ¡estás pálida!-
¡Seré abuela de una judía!-
¡Rudolf te rompió el corazón!-
¡No tuvo ningún respeto por su madre!
Voy por la calle, y todas me señalan-
Hilde,
Rudolf entrará en razones,
ya lo verás.

¿Tu esposa no te prepara chucrut?-
¡Mamá, tenemos dos hijos!-
¿Desde cuando no les preparé
chucrut, a tí, a Herman, y a Klaus?
Tenía entendido que
eran madres sacrificadas,
¿Judía y Revolucionaria?

Frau Hilde, le traje lo que me pidió-
¡Yo sabía!-
¿Qué sucede, Frau Hilde?-
Debo avisar a Rudolf
Frau Hilde tomó presurosa el abrigo.
¿Va salir con este frío, Frau Hilde?-
No hay tiempo.

Cálmate Rudolf,
te lo dije por tu bien-
Mamá, ¡déjame en paz!-
¿Qué podías esperar de una judía?

¡Brindemos!-
¿Qué brindamos, Hilde?-
La judía desaparecerá
de la vida de mi hijo
para siempre-
¿Cómo lograste el milagro?-
No es una chica decente,
charla con intelectuales comunistas,
Harold le tomó una fotografía-
¡Brillante, Hilde!-
¡Heighl Hitler!


III .

¿Porqué lloras?-
La Desesperación-
Yo ya no lloro-
Tú eres más fuerte-
Pero me encerraron igual-
Tienes razón,
pero tú al menos no lloras-
Me hubiera gustado
poder tener un hijo-
Yo tengo dos-
¿Tienes dos hijas?
¡Qué suerte tienes!
¿Y qué día te visitan?
No las veo desde hace
veinte años; no saben
que he sobrevivido,
es mejor que no lo sepan,
les crearía conflictos psíquicos,
ya alcanza conmigo.
-¡Pero son tus hijas!
¡Tú eres la madre!
-Eran muy chicas,
no recuerdan mi rostro.
-¡Explícales! ¡Son grandes!
-Prefiero no agregarles un sufrimiento.
-¿Y tú? ¿No sufres?
-Cuando sufro, llamo a la enfermera.
¿Acaso tú no la llamas?-
-Y sí, por algo estamos aquí...
-Si no estuviera acá, viviría en la calle,
y prefiero una cama calentita.
Además, cuando sufro,
viene una enfermera,
me da gotas mágicas,
y ya es otro día.

Anna Donner Rybak © 2011.
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