“Sin movimiento no existe la creación; tan solo la mera repetición” dijo, acercándose al poeta,
colándose en la fila que de mujeres con un libro en la mano iban exclamando: “Sublime”, “Te felicito”, “Subyugante”,
“¿Me lo dedicás?”
-¿No me vas a felicitar?
-¿Por qué habría de felicitarte?
-No te gustaron…
-No es eso, son copiados.
-¿Me acusás de plagio?
-Son idénticos a los otros.
-¿Qué otros? ¡No sabés lo que
decís! ¡Son todos de mi autoría!
-“Mujeres en letras” es la copia de “Niñas en letras”. ¡Qué decepción! Ni siquiera modificaste una
palabra, un verso, ¡nada! ¡Copiaste todos los poemas! ¡Estos poemas tienen
años! ¡Y toda esta fila embaucada creyendo que “Mujeres en letras” es una creación! ¿Qué placer puede darte
presentar un poemario muerto?
-Las mujeres en letras están
vivas.
-¡Las mujeres en letras están
muertas! ¿Cómo tú con tu sensibilidad, tu percepción de la belleza no has
creado mujeres nuevas?
“Las niñas nacieron con alambres” respondió él.
“Las mujeres están tan congeladas como las mujeres de Pompeya” dijo
ella.
-¿Acaso ignoras que ya las
mujeres no escuchan a “Rafaella Carrá”
y que las mini “Fiorucci” ya no
existen?
- Las niñas nacieron con
alambres, aquel día sentí ardor, y estaba sangrando. Pasé el dedo por el suelo,
y había un trozo de alambre. “Al fin algo
mío”, me alegré, no importaba si era un alambre que se le había caído al
que me pasó el tazón de lata con aquel mar en el que cada varios kilómetros
había una raya. Estuve una hora para hacer la “a”. Tenía todo el tiempo del mundo para practicar, y ese fue mi
lápiz en medio de la noche.
-¿Estos poemas son…?
- Son poemas que vieron la luz de
las catacumbas. Las niñas nacieron con alambres.
- ¿Te referís a los forceps?
- Las niñas nacieron con
alambres.
- ¿Y cómo están?
- Ahora deben de ser mujeres, las
mujeres no están muertas. Ojalá estén bien…
- No pierdas las esperanzas,
viste Mariana…
- Mis niñas son sin nombre.
- Eso no importa, las mujeres no
están muertas.
- Las mujeres no están muertas
pero les enseñaron a odiarme.
- Del odio al amor hay un solo
paso.
- Para ellas soy un sedicioso
subversivo asesino… los asesinos no escriben poemas…
“¡Los asesinos no escriben poemas!” – y él lloró.
- Acude a tu sensibilidad, a tu
percepción de la belleza. ¿Acaso ignoras que el sol siempre está? Ya no tenés
los ojos vendados.
- Las voces me atormentan.
- Nunca callarán con un poemario
muerto.
“Sin movimiento no existe la creación; tan solo la mera repetición”
– Es imperioso que acudas a la
inspiración. No podés estar todo el día en robe de chambre. Ahora puedes salir.
Vestite. Salgamos a caminar, tenés que crear mujeres nuevas. Ya no se usa la
permanente, ahora vas a ver chicas con el pelo por la cintura, chicas con el
pelo lacio…
- Es muy difícil encontrar
mujeres con pelo largo, porque todas se lo cortan, sólo lo tienen largo las que
no se lo cortan de niña.
- No sabés nada. Ahora en tres
minutos cualquier mujer puede tener el pelo largo por la cintura. Vamos. Tenés
que parir un poemario ahora, no podés seguir vendiendo poemas muertos.
-¡Estoy muerto!
-Tus poemas están muertos, tú no.
Tú estás vivo, tan solo tienes que hacer poemas vivos.
“Las mujeres de Pompeya despertarán cuando escuchen a Pink Floyd”
Anna Donner Rybak ©2012