El hombre que vendrá.


La mujer toma asiento en la mesa del boliche.

"¿El hombre que vendrá es el que debe de venir?"

-“¿Vuelo?”- pregunta el recién llegado. La palabra es correcta. Viste de traje negro, corre la silla, y toma asiento.

"El vuelo lo hacen los semitonos, nunca lo olvides"

-¿Qué van a tomar?
- Por acá un café a la Viena.
-¿Y el señor?
-Un cortado largo.

Como al descuido, el hombre juega con un sobre de papel avión.

-Fuente del Entrevero, hora 17, rubia de pelo ondeado con una minifalda de jean.
-¿Tú venís?
- ¿Quién sos?
- Ella está volando de fiebre, quiero hacerlo contigo.
- ¡No tenés experiencia, qué pérdida de tiempo que tengo la agenda llena!
-.Quiero hacerlo.  

"Las cosas son eternas; nosotros no"

- Igual no tenemos  nadie. Oime bien, si te garcan hacés un rollito como Papillón, si te garcan te la bancás, ¿Me oíste? Las actas de defunción tienen que llegar al consulado mejicano para declararlos desaparecidos. 
- Quiero hacerlo.
- Bien.

"Nunca olvides que estamos sobre ruinas"

Un impulso lo lleva a acariciarle la mano.

-No te asustes, no sé si vuelvo a verte y quiero decirte  algo.
-¡Vos sos valiente!  Por algo estás en donde estás. ¡Si nunca tenés miedo! Yo quiero seguir con esto, ¿comprendés? No me importa, si me garcan me la banco, si me pegan, si me ahogan, no voy a darles nada. Y tampoco voy a dejar que me maten. Una mujer siempre tiene un último recurso.
- No podría soportar que acudas al último recurso, me gustás mucho que te quede claro.
- ¿Cómo podés saber eso? Hace quince minutos que viste.

"Hay cosas que nunca voy a poder controlar; las caretas siempre caen"

- Me garcarán, me pegarán, me ahogarán, pero si te gusto no voy a usar el último recurso.

... De repente, entre la hierba, aparece una palabra recortada, huele a recién recortada, como si la maestra hubiera pedido: recorto y pego palabras con... Sigue caminando por el bosque y aparece otra palabra recortada. Entonces ve una piedra de color azul. Más bien es una pequeña esfera de cristal. Mira un poco más lejos y vio otra. Entonces comprende que es un camino. Sigue entonces los pasos que indican las esferas azules. Van apareciendo palabras recortadas. Le llama la atención. Son nombres. Nombres Recortados. Ninguno está escrito en colores; todos en blanco y negro. 
... Cuando se convence que aquella es  la última esfera azul, y que no hay más, pone aquellos nombres recortados, uno bajo el otro. 
Es entonces cuando para su sorpresa, en el bosque se va dibujando él. Es entonces que él se da cuenta de que la mano de ella no tiene volumen. Las figuras ya están delineadas, completas. "¿Y el color?"- piensa. No sucede. Debe de aceptar que así son, en “blanco y negro”.
-¡Estoy muerto!

"Ya estás a salvo"

- Deberías de saber a estas alturas que sólo somos un holograma, nadie es testigo de nuestros silencios que dialogan clamando por la posesión mutua.

Entonces el holograma va perdiendo nitidez, y cuando quiere acordar, él sólo ve el bosque.

-¿Les traigo la cuenta?
- Así está bien.
-Muchas gracias.

Anna Donner Rybak © 2012
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