Sumergida en el líquido furioso por Zeus el diablo tragó la Atlántida y Vesubio encargó a un dragón engullir
Pompeya… ira de los Dioses. Aquel déspota
pisó a la mujer con la bota, la herejía como pretexto y pereció en la hoguera, la lujuria como
excusa la dividió en cabeza y cuerpo bajo la guillotina, ¿por qué quieren vidas
que mueran y condenan a quien evita una vida que muera? Dice que el evangelio
según San Dinero proporciona las agujas santas para el raspado y no perdonan
les sea usurpada tan sagrada misión, es la palabra de Dios, “Si a la vida”, dice el oficial y el pecho
materno quema, la partera cómplice corta el cordón umbilical y la vida ya no
existe. Tras la búsqueda incansable de su imagen proyectada aparecen postales
que podrían ser, pero no son, él no sabe, le han arrebatado sus raíces los muy
crápulas, pero ahora que otros han hecho
realidad sus imágenes guardadas en memorias… ¡No eres mi madre! ¡Lo hicimos por
tu bien! ¿Acaso querías contaminarte de la escoria comunista? Deberías de estar agradecido, te salvamos la
vida. Es la palabra de Dios.
Anna Donner Rybak ©2012