A Mercedes Sosa
¿Acaso, bandoneón
ignoras la queja
conduce a la inacción?
¿Acaso tú
ignoras que tu gemido
es aburrido?
Es que tú ignoras
que todavía
no salí
del compás de la redonda.
Luego, una sopranino,
cuando la tenor culmine,
ascenderá por el camino
¿Qué camino?
El de montaña,
de la mano de una sucesión
de semifusas, confusas,
por la energía de la cumbre,
crepúsculo que va haciendo lumbre,
con fuegos fatuos,
en ronda,
ellos bailan,
se une la soprano,
la contraalto,
suenan al unìsono,
para despuès venir un canon,
en el iterludio,
el viento descansa,
ha trabajado mucho,
para hacer esa cantidad de notas.
Muchas bocas han soplado,
para generar aquel gemido,
devenido en colorido,
de los trajes típicos,
de los carnavalitos.
¡Ay Negra,
quién tomará tu lugar,
para tocar la quena!
Sólo tú,
eras capaz
de hacer bemoles y sostenidos
desde las tenores a las sopraninos,
en quenas, flautines, y armònicas,
¡Ay Negra,
por eso nosotros gemimos!
¿Ustedes?
Do sostenido agudo,
de los vientos del altiplano, escudo.
Re mayor para danzar mejor.
¡Pero falta tu voz!
Ay Negra,
abandonaste los carnavalitos,
pero tambièn el rock,
la melodía,
la balada,
porque eran,
tus interpretaciones,
tan Completas,
Te las ingeniabas con
cualquier instrumento,
ya sea de viento,
cuerda, o piano,
incluso fuiste tan vanguardista,
que pudiste con los teclados
de los órganos electrónicos
Tan completa
Tan solidaria
que no dejaste de lado
ni instrumento,
ni gènero,
porque vos, Negra,
siempre cantabas con Todos.
Anna Donner Rybak
