Suena el despertador y la mujer se despereza.
En el informativo han pronosticado un día helado.
La mujer se queda cinco minutos más.
Sabe que debe levantarse, pero un fuerte imán la atrae al colchón.
No obstante, junta fuerza, y vence.
Vence. (del verbo vencer)
Ese verbo y sus conjugaciones en todos los tiempos,
está adherido a la psique de la mujer.
No es que a ella le guste utilizarlo;
Le recuerda a las enésimas charlas marketineras que tuvo que soportar,
de los paskines de la oratoria de los proveedores del producto de turno.
Vencer.
'Hemos vencido en el mercado'
'Somos una gran Familia'
'Somos los que más clientes tenemos'
'Porque nuestros productos han vencido....
La calidad de los productos...
(De los otros boludos que no tienen la labia que yo tengo
De los que no están pendientes de ser los primeros en visitar a sus clientes
De los que no ofrecen magistrales archivos .pps mostrando las 'Maravillas' que ofrecen)
Vence.
Ese verbo y sus conjugaciones en todos los tiempos,
está adherido a la psique de la mujer.
pero hoy por un motivo diferente,
del cual se siente Orgullosa.
La mujer pues, efectivamente se queda cinco minutos más.
Sabe que debe levantarse, pero un fuerte imán la atrae al colchón.
No obstante, junta fuerza, y vence y se levanta.
La mujer hoy camina hasta La Rambla.
Es un día helado, pero ella parece estar inmune
A tales inclemencias del tiempo.
Tiempo HOY
de Celebrar
y de sentirse
Orgullosa.
La mujer ahora está en La Rambla,
Y así como esta mujer ahora está en La Rambla,
Muchas más mujeres (Y Hombres),
También ahora están en La Rambla.
La mujer ahora vitorea al Omnibus,
que lleva a Los Muchachos,
Vestidos de Celeste.
Se desprende,
Se deduce,
Se infiere,
que hoy la mujer
está vestida de Celeste.
La mujer ahora se dirige al Palacio de las Leyes.
Y así como esta mujer ahora se dirige al Palacio de las Leyes,
Muchas más mujeres (Y Hombres),
También ahora se dirigen al Palacio de las Leyes.
Un estrado gigante,
Un pueblo esperando,
(obviamente El Pueblo ahora también está vestido de Celeste)
Y los muchachos viajando por La Rambla,
En el Omnibus,
Emocionados,
Vestidos de Celeste.
Un estrado gigante,
Un pueblo esperando,
(obviamente El Pueblo ahora también está vestido de Celeste)
Y los muchachos llegan,
A la Fiesta Celeste.
El Presidente,
El Pueblo,
Ese pueblo uruguayo,
tan últimamente sin ganas de reir
Hoy con la mayor de las sonrisas.
El Estrado,
El Presidente,
El Pueblo,
Ese pueblo uruguayo,
tan últimamente sin ganas de reir
Hoy con la mayor de las sonrisas.
Los artistas,
Músicos,
Cantores,
Poetas,
Pintores,
Bailarines,
Escritores,
Lógicamente,
Vestidos de Celeste.
Habiendo dejado,
Los Muchachos vestidos de Celeste,
El corazón en la cancha,
En cada partido,
Ante lluvias,
Jueces corruptos,
Un entorno hostil,
Y una subestimación enorme hacia su Futbol.
(Futbol obviamente vestido de Celeste).
Con Diego, y La Copa del Mejor,
La copa es de oro,
pero está vestida de Celeste.
Un botija,
Quizás con su infancia transcurrida,
En una casita,
Con techo de Lata,
En algún rincón de la Patria.
Un botija,
Quizás con su infancia transcurrida,
En una casita,
Con techo de Lata,
En algún barrio de las Afueras.
Esos botijas,
En sus casitas,
Con techos de Lata,
Jugaban con otros botijas del barrio,
A la pelota, y ya eran los mejores.
Esos botijas devenidos ahora en nuestros Muchachos,
Los Muchachos de La Celeste,
Con la Garra Charrúa
Y la Camiseta (de por cierto Celeste)
En el corazón.
El Presidente,
El Pueblo,
Ese pueblo uruguayo,
tan últimamente sin ganas de reir
Hoy con la mayor de las sonrisas
Homenajeando a esos botijas,
ahora nuestross Muchachos,
Con la Garra Charrúa
Y la Camiseta Celeste en el corazón.
La mujer ahora está en Palacio de las Leyes.
Y así como esta mujer ahora está en el Palacio de las Leyes,
Muchas más mujeres (Y Hombres),
También ahora están en el Palacio de las Leyes.
Los artistas,
Músicos,
Cantores,
Poetas,
Pintores,
Bailarines,
Escritores,
Los ovacionan,
Lógicamente,
Vestidos de Celeste.
Es obvio, que la mujer sigue vestida de Celeste.
Y ya cayó la noche.
Y la noche será larga,
Tan larga que devenirá en alba,
Y entonces,
También
El Cielo se vestirá de celeste.
Anna Donner © 2010